martes, 19 de febrero de 2013

En San Antonio se vive la tambora


-Vas a ver Sole, en San Antonio se vive la tambora.

La promesa fue grande. Y grande el entusiasmo que generó.  Pero para mi satisfacción y la de cualquier visitante que llegue a este pequeño corregimiento ubicado en el sur del departamento Bolívar, en la costa colombiana, toda grandeza queda chica cuando es uno el que puede vivir la tambora en carne propia.



Pasea la Tambora - Agrupación La Llorona
Tamalameque, departamento Bolívar, Colombia. Perteneciente al trabajo discográfico Folclórica.

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Donde se ve el recuadro en rojo está ubicado San Antonio.


Fuimos a San Antonio porque Seba y Bárbara ya habían estado ahí hace algunos meses, después de conocer a la agrupación del pueblo en el Festival de Tambora de San Martín de Loba, y se enamoraron del lugar.

Éste, y en realidad todos los pueblos que recorrimos desde Valledupar hasta llegar son, pa’ qué, pueblos macondianos. En El Paso, en Chimichagua, en El Banco, en Barranco de Loba y aún en San Antonio conocí el verdadero sopor del que hablaba García Márquez, que se prolonga desde las diez de la mañana hasta las cuatro de la tarde, y que hace prácticamente imposible que una respire sin deshidratarse.


Los meses de sequía son duros, y todas las casas están llenas de recipientes donde almacenan el agua que en algunas llega cada dos días. Pero en los meses de lluvia son las propias casas las que almacenan el agua y muchas de las familias tienen que mudarse a tierras más altas hasta que el agua baje.





Para llegar a San Antonio previamente hay que cruzar el río Magdalena en Johnsons,
unas embarcaciones que transportan mercaderías entre la ciudad de El Banco y otros municipios ribereños.



Una de las casas hechas en bahareque.


Aunque a simple vista se observa que en la región  hay mucha pobreza y que las carencias son amplias, en este dichoso -como castigado- país, la comida no ha de faltar: según la época del año, abunda el aguacate, el mango, la yuca y los plátanos. En temporada las iguanas y las galápagas sufren furtivas persecuciones, y como el pueblo está asentado al borde de una ciénaga, pescado es lo que hay. Justamente son la pesca junto a la agricultura y la minería de oro las actividades que sustentan la economía de muchas de las familias.






A esta altura de la lectura ustedes dirán:
-Bueno, y entonces cómo es que les da ganas no sólo de estar sino de volver a un lugar así!?

Nada más y nada menos que por la gente, y su cultura.



Mamá Juana -o la Úrsula Iguarán de San Antonio-
en la cocina que alimenta a la estirpe.

De paseo en chalupa por la ciénaga.
Con las pela'as de guías.







Cada noche después de la jornada de trabajo y colegio, se dan cita en lo del Mono -Wilfredo Simanca- los integrantes de la agrupación "Renacer Cultural" y cuanto vecino ande cerca, y ahí es que comienza la vaina.

Para los días que estuvimos los ensayos estaban enfocados al homenaje que se le hacía en Barranco de Loba al maestro Ángel María Villafañe -compositor y cantador consagrado-, por lo que tuvimos  la fortuna de escuchar y ver bailar los cuatro aires o ritmos de tambora: Tambora tambora, Berroche, Chandé y Guacherna.

Estando en esos ensayos hice varias grabaciones de los distintos ritmos, pero debido a problemas técnicos no los he podido subir. Quedo entonces comprometida para dentro de unos días. 

Mientras tanto les dejo otras fotos y un video de una hermosa tambora tradicional. Saludos!


Olas de la mar - Martina Camargo




A la hora de la siesta hasta los gallos buscan sombra...

Saliendo de Barranco de Loba.


Con el maestro Ángel María Villafañe - Barranco de Loba.

Renacer Cultural en el homenaje del maestro en Barranco.

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